CostaRica017

El Banco Central de Costa Rica

Reseña histórica

• En 1945 al intensificarse la actividad económica y bancaria del país, surgió la necesidad de crear un Banco Central que actuara como mayor autoridad.

• Con el propósito de establecer el Banco Central como órgano independiente y rector de la política económica, monetaria y crediticia del país se promulgó la Ley 1130, del 28 de enero, 1950, que estableció la creación del mismo.

• Dada la ley 1130 y la desaparición del Departamento Emisor del Banco Nacional de Costa Rica, el Banco Central de Costa Rica operó con sujeción a las disposiciones de ambas leyes: la de su fundación y la que regía al Departamento Emisor. El 23 de abril, 1953 fue promulgada la Ley 1552, denominada Ley Orgánica del Banco Central de Costa Rica, la cual, fue sustituida por la Ley 7558 del 3 de noviembre, 1995.

Misión

Contribuir al desarrollo de la economía costarricense procurando la estabilidad de precios.

Visión

Ser un banco central reconocido por la sociedad costarricense y la comunidad internacional por su eficiencia, transparencia, credibilidad y capacidad para mantener una inflación baja y estable.

Objetivos

Los principales objetivos del Banco Central de Costa Rica son mantener la estabilidad interna y externa de la moneda nacional y asegurar su conversión a otras monedas.

Funciones Principales

• El mantenimiento del valor externo y de la conversión de la moneda nacional.

• La custodia y la administración de las Reservas Monetarias Internacionales de la Nación.

• La definición y el manejo de la política monetaria y cambiaria.

• La gestión como consejero y banco-cajero del Estado.

• La promoción de condiciones favorables al robustecimiento, la liquidez, la solvencia y el buen funcionamiento del Sistema Financiero Nacional.

• La emisión de billetes y monedas, de acuerdo con las necesidades reales de la economía nacional.

• La determinación de políticas generales de crédito y la vigilancia y coordinación del Sistema Financiero Nacional.

• La custodia de los encajes legales de los intermediarios financieros.

• El establecimiento, la operación y la vigilancia del sistema de compensación.

• El establecimiento de las regulaciones para la creación, el funcionamiento y el control de las entidades financieras.

• La colaboración con los organismos de carácter económico del país, para el mejor logro de sus fines.
La ética de la política económica

En momentos de crisis es cuestionable muchas decisiones de política económica donde no se tiene claro un rumbo a seguir y donde las “prioridades” parecen ser todas menos la búsqueda de una salida real a esta crisis que ha afectado a los sectores más vulnerables de la economía. Los principales problemas socioeconómicos no lograrán ser solucionados con medidas a corto plazo que no están cambiando el destino de estos sectores a mediano y largo plazo.

Por lo tanto, existe una latente necesidad de incluir en la política económica nacional el bienestar social común, la distribución de la riqueza y no sólo la estabilidad de precios en el mercado. Es decir, no sólo se trata de priorizar sino de humanizar la política económica. Una inflación de un digito no le va a dar de comer al 18% de la población que se encuentra debajo de la línea de pobreza y no le va a brindar sustento al 5% de la población que se encuentra desempleada, cifra que se encuentra en aumento.

Además, es una actitud suicida la que se está tomando en este país con una política pro cíclica, donde la política de tasas de interés del Banco Central y el manejo del tipo de cambio, se están llevando a cabo a costa de decenas de empleos que se pierden cada día, mientras que la banca comercial mes a mes cierra con mayores utilidades.

Si bien la política económica es una herramienta para dirigir el curso de la economía del país, es al mismo tiempo un mecanismo de economía normativa que incluye juicios de valor para buscar el bien común, y por lo tanto aquellos quienes tienen la responsabilidad de tomar estas decisiones deberán siempre caminar y actuar con ética en su quehacer político. De manera tal que están obligados a propiciar no solo el crecimiento económico y la estabilidad macroeconómica, sino también las condiciones necesarias para el mejoramiento en la distribución de la riqueza y en el acceso a la educación, a la salud y a las necesidades básicas. Es decir, existe una responsabilidad social de humanizar las políticas económicas y de alcanzar desarrollo humano de la mano con desarrollo económico, superando el Ceteris Paribus de una vez por todas.

Aunque en el pasado no ha existido una preocupación real por estos temas es momento de lograr un nuevo orden económico tal y como lo dijo, en días pasados, Luiz Inacio Lula da Silva en su discurso en el Foro Económico Mundial para América Latina en Rio de Janeiro: “Mucho dinero en pocas manos es concentrar la riqueza. Poco dinero en muchas manos es distribución de riqueza y es así que queremos construir un nuevo orden mundial”. Ha llegado el momento de aplicar la tan planteada economía alternativa y entonces salir, con soluciones reales, de este paradigma de autodestrucción que estamos enfrentando.


Tatiana Vargas Vega
Economista, UNA

El malestar monetario en Costa Rica. ¿La inflación o el Banco Central?

Según datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, el índice de precios del consumidor (IPC) para el mes de marzo 2009 fue de 131.036, el cual varió en 0.01% respecto al IPC de febrero, por su parte, la inflación acumulada al primer trimestre del 2009 suma 0.83%, porcentaje casi tres veces menor a la acumulada para el mismo periodo del 2008

Al anualizar la inflación acumulada y asumiendo que el IPC mantendrá un crecimiento semejante a los primeros tres meses del año en curso, podría esperarse una inflación al cierre de este año de 3.36%, de mantenerse este comportamiento en el IPC, nosotros los herederos de las crisis de los ochentas a la fecha, viviríamos por primera vez una inflación muy baja en Costa Rica. Pero, ¿es una desinflación lo que necesita el actual deterioro de la economía nacional? La respuesta es no.

Podemos identificar dos factores básicos que están promoviendo esta desinflación, el primero es la Crisis internacional, que tocó suelo tico a principios de este año y comienza a presentar sus males macroeconómicos: la desaceleración del crecimiento, el desempleo, el cambio en el hábito de consumo del costarricense (sustitución de los bienes suntuosos por bienes necesarios) producto de la expectativa o realidad de menores ingresos en las familias; y la desinflación importada, que proviene de los desequilibrios en el sector real y financiero de las naciones más industrializadas y sobre todo de las variaciones en los precios de bienes tipo Commodities, de los cuales depende Costa Rica.

El otro factor, es la política monetaria que el Banco Central de Costa Rica (BCCR) aplica tenazmente para disminuir la inflación, el uso de las tasas de interés y el alto encaje mínimo legal, están secado la liquidez del sistema financiero, y ahogando las posibilidades de inversión y de crecimiento en tiempos donde lo que se necesita es justamente lo contrario para estimular la economía, o al menos mantenerla lejos de una recesión.

En pocas palabras, mientras debemos lidiar con la variable externa, que es por sí misma muy difícil de contener y mitigar; tenemos un órgano hacedor de política monetaria, que parece no estar considerando que la economía costarricense se dirige a una posible recesión.

Hay que comportarse a la altura de las necesidades de una nación, sobre todo en una época de dificultades económicas. Por su parte, el gobierno central se encuentra haciendo política anticíclica a través de incrementos en el gasto social, estímulo a la producción y empleo, e incentivando la inversión, y es particularmente en este último punto donde el BCCR podría aportar positivamente por medio de una política monetaria expansiva reduciendo para ello sus tasas instrumento con el fin de naturalizar una caída en las tasas de interés; y disminuir el encaje mínimo legal temporalmente para generar mayor liquidez en la economía costarricense, eso si; estas medidas probablemente se traduzcan en presiones inflacionarias al cabo de un tiempo, y aunque la desaceleración económica mitigara estas presiones, las mismas son necesarias para evitar un posible ciclo recesivo profundo y prolongado.

El accionar de los Bancos Centrales de las diversas regiones del orbe, apunta a los estímulos mencionados para reanimar sus economías, aunque independientes de su gobierno central, han sabido priorizar las necesidades de su economía.

Una última reflexión nos la ofrece una frase del músico Luis Eduardo Aute, “no hay mal que no cure, pero tampoco bien que dure cien años”. La crisis se irá, de eso no hay duda, con o sin ayuda del BCCR nuestra economía regresará al crecimiento dentro del ciclo económico, aunque posiblemente en este punto la inflación regrese a lo que al parecer es su estado natural (dos dígitos), mientras ocurre todo esto, el banco central seguirá perdiendo su credibilidad.

Yenén Mejías San Lee
Economista UNA

¿Espectador o actor?

¿Espectador o actor?

En este tiempo, el Gobierno no debería ser el único que actúe en pro de mitigar los efectos de la crisis, falta escuchar qué medidas concretas tomará la Entidad Monetaria para contribuir en reactivar la economía. Por esta falta de presencia de la entidad hasta el momento, surge la inquietud de saber ¿qué papel está tomando la Máxima Autoridad Monetaria del país en este tiempo de crisis?

Recordemos que el Banco Central de Costa Rica (BCCR) busca el control de la inflación y con base en su comportamiento ha definido que aplicará una Política Monetaria Restrictiva, motivo por el cual decidió aumentar gradualmente la tasa de interés desde mediados del año pasado, aproximadamente, para controlar la liquidez y así evitar, principalmente, que una sobre expansión del crédito afecte su objetivo. Su actuar ha sido prudente, pues busca no distorsionar la economía del país, pero esta prudencia es contradictoria, debido a que la situación actual amerita medidas que reactiven la actividad económica, pues según la tasa de variación interanual del Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE) los últimos cinco meses, han tenido un crecimiento negativo.

Dada esta situación, el Banco se encuentra en un dilema: contribuir en dinamizar la economía o controlar la inflación para cumplir la meta en este año. Actualmente, esta entidad se comporta como un espectador más al tanto de los efectos de la crisis en el país, pues está dedicada por completo en controlar la inflación y no en reactivar la economía, sólo busca cumplir su anhelada meta: que la inflación cierre en un dígito este año, la cual es muy posible que logre, ello gracias a las actuales condiciones decrecientes, principalmente, en la producción y en el consumo, que favorecen su decisión de Política Monetaria. Pero ¿para qué tener una inflación de un dígito y un decadente crecimiento económico, si en contextos diferentes no se ha podido disminuirla?

Por ello, se espera que la entidad no descuide el control de la inflación ( no que busque cumplir la meta este año) y que actúe y contribuya en dinamizar la economía utilizando algunos de sus instrumentos de política (como el Encaje Mínimo Legal, la tasa de Política Monetaria, entre otros), pues su propósito, transitoriamente, estaría dirigido en estimular el consumo y el crecimiento de la producción a corto plazo, como lo intenta el Plan Escudo, beneficiando principalmente al sector empresarial. Es importante recalcar que si la Entidad Monetaria actuara de esta forma provocaría una mayor presión inflacionaria a corto plazo, pero son decisiones que dado el contexto actual requieren sean tomadas. Por este motivo, se necesita un Banco Central que actué y no uno que sea un simple espectador más de la crisis.

Eunice Arce
Economista, UNA

La cara real de la crisis

La inflación actual: La cara real de la crisis

“La estabilidad de los precios, objetivo principal del Banco Central de Costa Rica” y parece ser el único en estos momentos. Si bien es cierto, la tendencia al incremento de los precios es un factor que influye negativamente en el bolsillo de todos los costarricenses ¿Es importante mantener bajos niveles de precios en este momento?

Pese a la coyuntura recesiva del país, la cual muestra indicadores desalentadores como producción y crédito frenados, incremento del desempleo, mayores índices de pobreza; se cuenta con un índice de inflación acumulado muy bajo. Las causas son muchas pero la que más llama la atención, es la relacionada con el papel del BCCR, el cual mantiene altas las tasas de interés en momentos de contracción de la economía.

Uno de los argumentos más utilizados por las autoridades es que el “lograr la meta de inflación” fomentará la credibilidad en este ente, lo cual anclaría las expectativas de los agentes económicos y a partir de allí pensaría en bajar las tasas de interés. Otra manifestación por parte de estos es la insistencia en su “objetivo monetario”, como si fuera el único, lo cual hace percibir que este órgano monetario se “lava las manos en cuanto al asunto”.

De lo que sin duda hay consenso, es que los objetivos prioritarios del BCCR no contribuyen al repunte de una economía que se encuentra en recesión. Las autoridades de este ente son las que realizan los cálculos de crecimiento de país, saben que lo que agobia a la población en general no es precisamente el nivel de variación de los precios, pues en todo caso su carga no disminuye, tomando en cuentan su nivel de ingreso y demás circunstancias que amenaza con la desaparición de estos (falta de inversión, desempleo, crédito nulo, entre otros)

La estabilidad de precios en un país es sin duda importante, pero uno que no genere nada es muy difícil que surja. Las medidas anticíclicas que pudiera tomar el BCCR son fundamentales, hay que estar conscientes de que no deben ser abruptas, pues la cura podría ser peor que la enfermedad, sin embargo si un sistema está enfermo y no se busca el remedio las consecuencias son las mismas o quizás peores.

Ana Jiménez Mora
Economista. UNA

Comentario

¿Y el Banco Central?

En condiciones en los que nos encontramos hoy en día, por la crisis mundial que está afectando a todos en diferente magnitud, no se encuentra por ningún lugar el ente que puede lograr alivianar la situación: el Banco Central de Costa Rica (BCCR).

Esto demuestra que la entidad no ha hecho lo que le corresponde, al contrario ha tomado una política monetaria restrictiva, en la que está agravando la condición a los ciudadanos, por los diferentes factores que existen, como:

Las tasas de interés altas: lo que afecta a los deudores, porque se les hace complicado pagar sus préstamos adquiridos tiempo atrás. Se ha llegado a tratar de generar una alianza entre el BCCR y los bancos comerciales para lograr obtener una tasa adecuada para las personas, sin tener que tomar medidas extremas, que lo que hace es perjudicar a los que realmente pueden lograr un crecimiento en el país, como son las MIPyMEs.

La baja generación de riqueza y desempleo: que es consecuencia de las tasas de interés altas, porque influye en la reducción o hasta eliminación del crecimiento del país para generar empleos en estos momentos que más se necesitan y por supuesto la reproducción de riqueza que genera.

Estas son solo algunas de las condiciones que se están generando actualmente, al cual muchos especialistas e involucrados en las acciones que deben de realizar el BCCR, proponen: una disminución en el encaje legal, pero esta opción no es muy significativa y no produciría gran variación, unos le apuestan a la dolarización formal de la economía, porque lograría la disminución de la inflación y de las tasas de interés; y otros dicen que con una buena organización estructural de las entidades que intervienen en el proceso monetario sería lo ideal.

Pero la inquietud sigue: ¿Dónde está el BCCR? o ¿Qué es lo que realmente tiene que hacer? y ¿Por qué no lo ha hecho?

Maria F. Gonzalez
Economista, UNA

Seguidores

Archivo del blog